La semana pasada hablamos de los distintos tipos de piel y hoy profundizaremos en una problemática usual en las pieles grasas: el brillo excesivo. Usualmente, las personas que tienen este tipo de piel se sienten inquietas respecto a esta condición, sin embargo, no hay que entrar en pánico, porque ¡no todo está perdido!. Teniendo los correctos hábitos de cuidado y aplicando los productos correctos puedes mantenerla bajo control.
¿Por qué tengo brillo en la piel?
En general, la piel grasa presenta una mayor producción de sebo por una estimulación hormonal que se produce en las glándulas sebáceas. Es este proceso el que se traduce en una piel con brillos y puede estar acompañada de granos o acné. Sin embargo, si presentas brillo en exceso y descontrolado puede que tu piel te esté indicando que hay algo más pasando: la deshidratación.
Sí, las pieles grasas también se deshidratan.
Es bastante frecuente pensar que las personas con el tipo de piel mixta o grasa no pasan por deshidratación, sin embargo, esto no es así. La deshidratación no es un tipo de piel, sino una condición que puede ser transversal en todas las pieles. En las pieles grasas, ésta condición se produce cuando aumenta la actividad de las glándulas sebáceas y se entorpece la capacidad de los lípidos hidrófilos de retener el agua que la piel necesita provocando un aspecto excesivamente brillante en el rostro, haciendo que incluso la piel pueda verse verse apagada y sin luminosidad.
La clave: hidratar para matificar.
Matificar la piel es eliminar los brillos de la piel, sin hacer perder su luminosidad. Para lograr esto en las pieles grasas, lo primero que debes hacer es prepararla con los productos adecuados, esto significa productos que tengan agentes que regulen el exceso de grasa. Luego, debes seguir los siguientes pasos:
1. Eliminar el sebo a través de la limpieza del rostro es vital para evitar que las impurezas y la grasa obstruya la hidratación correcta de la piel. A veces, existe la impresión que las pieles grasas debe elegir limpiadores abrasivos, pero esto puede provocar aún más hidratación. Lo ideal es elegir limpiadores suaves que sean aptos para el ph de las pieles grasas.
2. Como mencionamos anteriormente, la pieles grasas tienen la tendencia a producir granos y acné. Para muchos puede resultar casi imposible no tentarse a manipularlos o apretarlos para hacerlos desaparecer, pero esto es contraproducente, ya que puede provocar el efecto contrario haciendo que se inflamen, infecten y produciendo marcas complejas de eliminar.
3. Hidratar: Consigue la crema indicada para tu tipo de piel y verás cambios en los brillos de tu rostro. Eso es vital para retener la hidratación que tu piel necesita. Para esto, debemos eliminar la creencia que tu piel grasa no necesita de cremas hidratante. Te recomendamos escoger productos de texturas ligeras que no obstruyan poros. Si gustas, también puedes buscar sérums de las mismas características y especiales para tu tipo de piel y así asegurarte que esté hidratada.
4. Incluye en tu rutina tratamientos específicos. Existen mascarillas y arcillas que pueden ayudar a matificar tu piel de manera inmediata y a largo plazo. Estas con sus minerales especiales, pueden mantener bajo control la piel grasa y generar una exfoliación para eliminar las células muertas.