Luz azul ¿Es dañino exponerse a la luz de pantallas?

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Si eres de las que busca mantener su piel radiante y siempre en su versión más saludable, sabrás que el enemigo número uno de tu objetivo es la exposición desprotegida y recurrente a la luz solar. Sin embargo hoy, con la cuarentena y el uso recurrente de pantalla, nos encontramos frente a otra fuente de luz, la que emite tu celular o tu computador: la llamada blue light o luz azul. ¿Qué tan cierto hay en el daño que puede provocar en la piel? ¡Sigue leyendo!

Diferenciar el tipo de luz.

Primeramente, para comprender qué es la luz azul, debemos necesariamente hablar de los conocidos rayos UVB y UVA. Es de conocimiento común que a estos rayos se les atribuye el efecto de dañar la piel: mientras los rayos UVB están relacionados con el cáncer de piel, los rayos UVA revelan daños del tipo estético, como lo sería la aparición de arrugas prematuras o manchas oscuras. Con el tiempo, distintos estudios han señalado que ambos tipos rayos UV pueden contribuir al riesgo de cáncer, por lo que resulta imprescindible el uso de un protector solar de amplio espectro. 

Entonces ¿qué es exactamente la luz azul?

Al contrario de los rayos UV – que son invisibles a nuestros ojos- la luz azul es posible de percibir (aunque no necesariamente en color azul). Este tipo de luz pertenece al espectro de las luces visibles para nosotros y son emitidas por distintos dispositivos como computadores portátiles, teléfonos, televisores, tablets, etc. Aún no se establece si la exposición a estas fuentes de luz representan un riesgo alto de daño a la piel, pero teniendo en cuenta que muchos pasan bastantes horas frente a estas pantallas, es importante conocer a qué nos exponemos y lo que desencadena en tu piel. 

¿Qué provoca la luz azul en mi piel? 

Distintos estudios que han involucrado altas dosis de UV y luz visible a personas, han establecido que la exposición de la piel a distintos tipos de luces, ya sea UV o azul, incrementa la producción de radicales libres en la piel. Por su lado, la luz azul es la responsable de un tercio del total de radicales libres producidos en la piel y esto en cantidades suficientemente altas, podrían producir un estrés oxidativo que puede potenciar la aparición de signos prematuros de envejecimiento y otros tipos de daños en la piel. Por otro lado, también se ha demostrado que el estrés oxidativo inducido por la luz azul genera una serie de reacciones que pueden degradar el colágeno natural de nuestro rostro. Finalmente, un estudio realizado a mujeres de tez oscura, reveló que aquellas que usaron por un tiempo determinado un protector solar que las protegía tanto de los rayos ultravioleta como la luz visible, presentaron menor pigmentación que aquellas que usaron un protector únicamente para rayos UV.  Es así como se puede concluir que la luz azul visible puede aumentar el riesgo de hiperpigmentación. 

A pesar de esto no se ha logrado establecer de manera consensuada, el daño que puede provocar la luz azul a una escala de exposición real de pantallas, que puede contemplar unas cuantas horas al día, sin embargo, tampoco se puede descartar la posibilidad del riesgo que presenta toda una vida rodeada de pantallas o incluso el provocado por unos estos meses confinados en casa.

Entonces, ¿debería preocuparme por la luz azul? 

La mayoría de los expertos coinciden que mientras el uso de protector solar sea diario la mayoría de las personas no necesita preocuparse por el efecto que pueden tener los teléfonos en la piel. Sin embargo, se recomiendan que las propensas a la hiperpigmentación puedan tomar medidas de precaución a la hora de exponerse a la luz azul visible, como consultar a su dermatólogo o invertir en protectores solares con una mayor protección.

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