Si hay un hábito que debemos incorporar a nuestro día a día para tener una piel iluminada y saludable son las rutinas de limpieza y nutrición facial. Estos tratamientos cumplen su función completa al realizarse en dos momentos del día: en la mañana y antes de ir a dormir. ¿Sabes en qué se diferencian? ¿Por qué es importante incorporar ambas rutinas? Te contamos más detalles aquí.
1. Hay productos para el día y productos de noche.
La principal diferencia entre tu rutina de cuidado de piel que aplicas de día o de noche se basa en la composición de los productos que ocuparás. Existen muchos que no son los más indicados para usarlos en el día ya que poseen activos o ingredientes fotosensibles, que pueden provocar reacciones adversas al exponerse a la luz solar. Lo mejor es fijarte en el listado de componentes de tus cremas y, por supuesto, respetar el horario de uso de todas los productos que especifiquen que son de “uso nocturno”.
2. La piel actúa distinto en la noche y el día
Si es que no tienes productos especiales de día o de noche, sigue siendo importante que incorpores a tu día ambas rutinas ya que tu piel se nutre de maneras distintas cuando duermes o cuando estás despierta. Al dormir, tu organismo puede enfocar sus energías en regenerar y reparar las células y potenciar la absorción de los activos de tus cremas de mejor manera que en el día. ¡Ya no querrás ir a dormir con tu rostro maquillado! Incorpora una rutina nocturna y aprovecha este increíble tiempo de nutrición, donde lo único que necesitas es dormir.
3. ¿Qué pasos son distintos en ambas rutinas?
Si estos tu primer acercamiento a una rutina de cuidado de la piel, te dejaremos un paso a paso básico para comenzar a cuidar tu piel en el día y en la noche.
Paso 1: Limpieza del rostro
Día: Limpiador Suave o Exfoliante.
Al despertarte, te recomendamos escoger un limpiador suave de uso diario para tu tipo de piel, así podrás preparar tu piel para los pasos de hidratación y tener un “lienzo” parejo para el maquillaje. Por otro lado, si te exfolias, también puedes dejarlo durante la mañana para así remover las células muertas o impurezas que tu piel haya eliminado durante la noche. Recuerda hacerlo con precaución y no todos los días para no dañar tu piel.
Noche: Desmaquillante y limpiador.
A diferencia del día, en este proceso de limpieza necesitas incluir un producto que desmaquille tu piel de manera efectiva. Puedes optar por el agua micelar o uno en base en aceite. Te recomendamos prescindir de las toallas desmaquillantes ya que éstas no barren con todo el maquillaje de la piel. Luego, procura lavar tu cara con tu limpiador diario para eliminar residuos o contaminantes que pueden haber quedado en tu piel durante el día.
Paso 2: Hidratación
Día: Crema día y Protector solar.
Estos dos productos son los básicos que toda mujer debe tener en su cosmetiquero. Busca una crema liviana, ideal si contiene ácido hialurónico que ayude a tu piel a verse rellena, iluminada e hidratada. Además, no importa si está nublado o es invierno, es una obligación usar tu protector solar, así estarás cuidando tu piel de los rayos solares y, por supuesto, evitar signos de envejecimiento, como arrugas o manchas provocadas por el sol.
Noche: Crema Noche y Sérums
A diferencia de las cremas para uso diario, las nocturnas tienen una consistencia más densa ya que procuran tener mayores ingredientes activos cuya función es reparar tu piel y potenciar la renovación que ocurre durante la noche. Si además, quieres aprovechar al máximo este proceso natural de tu piel, aplica sérums con ingredientes más concentrados para que puedas tener una noche nutritiva. ¡Verás los cambios en la mañana!